Saber cómo manejar la guita es fundamental para mantener tus números en orden. Para eso, hay algo que sí o sí tenés que saber: cuál es la diferencia entre una tarjeta de crédito y débito.
La diferencia entre una tarjeta de crédito y débito: ¿de dónde viene la plata y hacia dónde va?
Vamos por partes. La tarjeta de débito es directa: lo que gastás se va de tu cuenta en el acto, es decir, del origen de los fondos. Si tenés $1000, eso podés gastar, ni un peso más. Es ideal para llevar un control estricto de tus gastos y no llevarte sorpresas a fin de mes.
Por otro lado, la tarjeta de crédito es más como un préstamo rápido. Tenés un límite de crédito y podés usar hasta ese monto. Eso sí, luego hay que devolver esa plata, y si se te pasa la fecha, te cobran intereses. Es una herramienta poderosa para gastos imprevistos o para darte un gustito, siempre que la uses con responsabilidad.
Límites de gastos: ¿cuánto puedo comprar?
La tarjeta de débito tiene un límite claro: el saldo en la cuenta.
Con la tarjeta de crédito, el límite lo pone la entidad emisora según tu capacidad crediticia. Este límite te da más flexibilidad, pero recordá, es importante no perder de vista tu capacidad de pago para no terminar con una deuda que no podés manejar. ¡Refrescá este tema con esta nota que escribimos hace un tiempo!
Los intereses: el precio de pasarse
La tarjeta de débito es genial porque es dinero real, tuyo, sin interés. Usala y dormí tranqui, lo que ves es lo que hay. Pero con la de crédito, si no pagás el total de lo que gastaste en el período de facturación, ahí vienen los intereses. Si la manejás bien, es un recurso genial; si te descuidás, puede ser un dolor de cabeza.
Historial crediticio: ¿cómo te ven los bancos?
Tanto la tarjeta de crédito como la de débito ayudan a construir tu historial crediticio. Si sos responsable con tus pagos y no te pasás del límite, los bancos te van queriendo todos los días un poquito más. Es como tener buena fama en el barrio; cuando necesitás algo, todos saben que pueden confiar en vos. Un buen historial te puede abrir puertas para créditos más grandes en el futuro.
Tarjeta de débito Naranja X: una compañera del día a día
La tarjeta de débito Naranja X es como esa remera favorita que usás para todo. La versión virtual está lista al toque, apenas te registrás en la app. Es ideal para pagos online. La tarjeta física es para el mundo real, perfecta para tus compras diarias.
Lo que es genial, es que ninguna de las dos tiene costo de mantenimiento, y son innominadas para mayor seguridad. ¡Un lujo!
👀 Cómo sacar efectivo en comercios con Naranja X
Tarjeta de crédito Naranja X: tu cómplice en grandes planes
La tarjeta de crédito Naranja X es como ese amigo que siempre está para los planes más ambiciosos. Si tenés más de 18, es tuya. La podés pedir desde la app, un formulario web o una sucursal, y mientras esperás la física, ya podés usar la virtual. Es una gran aliada para manejar gastos más grandes o para esas oportunidades que no podés dejar pasar.
La indicada para compras internacionales
En el caso de Naranja X, podés hacer compras internacionales con la tarjeta Visa, ya sea de crédito o débito.
Y ahí lo tenés, ahora sabés cuál es la diferencia entre una tarjeta de crédito y una de débito. Cada una tiene su encanto y su función. La clave está en usarlas sabiamente, entendiendo bien la diferencia entre tarjeta de crédito y débito. Como en una buena milonga, cada paso cuenta para que la danza de tus finanzas sea un éxito.